1. |
Emiliano
02:44
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E… M… I…
Duermes, Emiliano, en tu cueva
lejos del mundo profano,
con los libros que critican
eso que no es de tu agrado.
Coleguitas, eruditos,
prologuistas de tus libros
alimentan con cariño
el delirio en que…
Tú solo decides lo que es arte,
sólo tú decides lo que es arte.
Pero antes de que tú me quemes en la hoguera,
que sepas que cada día das más pena.
Duermes, Emiliano, en tu cueva
lejos del mundo profano,
con los libros que critican
eso que no es de tu agrado.
El batín, la pashmina,
las pantuflas de anciano,
colocados con primor
sobre un galán tapizado.
Las alfombras, las cortinas,
todo tiene un aire rancio.
Ornamenta las paredes
un santoral románico.
Y en las fotos eruditos,
prologuistas de tus libros
alimentan sin prudencia
la quimera en que…
Tú solo decides lo que es arte,
sólo tú decides lo que es arte.
Que nadie ose cuestionarte,
sólo tú decides lo que es arte.
Pero antes de que tú me quemes en la hoguera,
que sepas que cada día das más pena.
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2. |
Subacuática
02:51
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En abril nos dimos unos besos,
en agosto empezaste a dudar.
No me ocultaste esos pensamientos
y nadé muy lejos de la playa.
Me dejaste tres o cuatro veces,
para al poco volver a empezar.
Una vez pareció para siempre
y empecé a sumergirme en el agua.
Y empecé a sumergirme en el agua,
y la herida se cubrió de sal.
Junto a mí las sardinas nadaban,
acentuando mi soledad.
Regresaste después de unos meses
y el sexo fue espectacular.
Me aferré a ti con uñas y dientes,
y bajé un poquito más profundo.
Me dejaste seis o siete veces;
nuestro ciclo había vuelto a empezar.
Atrapada en tu gran remolino,
yo me hundí hasta tocar el fondo.
Y me hundí hasta tocar el fondo,
donde mora la oscuridad.
Cuando se acostumbraron mis ojos
vi los peces y los pecios.
Con los restos de mi naufragio
una balsa voy a ensamblar,
para surcar el mar de las lágrimas
que he derramado estando a tu lado, truhán.
Vi los peces y los pecios.
Vi los peces y los pecios.
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3. |
Valentina
03:39
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En el centro de Senigallia hay un local
que llaman Montenero.
Fue el lugar de reunión de la alta sociedad
al comenzar el siglo XX.
Y en la mesa entre la barra,
el escenario y un ventanal
se sentaba una dama
odiada y admirada por igual.
Fue de las primeras en llevar traje de baño,
en montar en bicicleta, en cortarse la melena.
Nunca se puso corsé, nunca se puso corsé.
Fue la musa de un artista de pinturas modernistas.
En los delfos de Fortuny se gastaba una fortuna,
trapos que escandalizaban a las damas y a los curas.
Nunca se puso corsé, nunca se puso corsé.
Mecenas y galerista de tendencias socialistas.
El paseo de Senigallia huele a sal
y a plumas de arpía.
Las buenas gentes pasean y cumplen su deber moral
de vigilar a los demás.
Y por eso nuestra dama,
para poder vivir en paz,
se casó con su mejor amigo,
que en realidad era homosexual.
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4. |
Los Césares
02:22
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Fue Agripina quien mató
¡lo mató, lo mató!
a Claudio, el Emperador,
aunque era su esposo.
Y en cuanto a Calígula,
su antecesor,
no se halló el culpable;
todos querían matarle.
Quien a hierro mata
bien seguro
a hierro morirá.
Nerón Claudio
César Augusto
¡culpable!
de manchar de sangre
el suelo de mármol
donde se mató,
con ayuda del criado
cuando el brazo fofo le falló.
¡Y gritó!
¡Ayuda Epafrodito!
¡Nerón!
Me ha entrado la flojera.
¡Nerón!
No logro hundir el filo.
¡Ave! ¡Salve!
Tres emperadores
en un solo año
precedieron
a Vespasiano.
Galba decapitado,
suicidado Otón,
Vitelio ajusticiado
por los hombres de su sucesor.
Quien construyó el Coliseo romano
logró morir sin ser asesinado.
Sus atributos:
la corona
y la moneda para el barquero.
¡Ave Caesar,
morituri te salutant!
Dulce et decorum
est pro patria mori
Quien a hierro mata
bien seguro
a hierro morirá.
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5. |
Pas
03:32
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Cientos de vacas lecheras,
cinco prehistóricas cuevas,
un Lope de Vega
y tres villas pasiegas.
Mujeres con buenas ubres,
sobaos, quesadas y cumbres.
Desde Pandillo hasta Vargas,
sonoro y alegre discurre por su valle el
Pas, Pas, Pas, Pas. Pas, Pas, Pas
Pas, Pas, Pas, Pas. Pas, Pas, Pas.
Aunque el Miño lleva la fama
el Sil es el que le da el agua,
y tanto gustaba a los monjes
que le dieron una Ribeira Sacra.
Durante la trashumancia
pastores y ovejas viajaban.
Debido a la nostalgia,
se quedaban a menudo en Babia recordando el
Sil, Sil, Sil, Sil. Sil, Sil, Sil
Sil, Sil, Sil, Sil. Sil, Sil, Sil.
Truchas a las finas hierbas,
pasteres y Olla Aranesa.
Cruje la leña en la lumbre,
se esfuma el humo por las techumbres.
Technicolor románico,
San Isidro saqueado.
En un museu acabaron
La Virgen y los Reyes Magos, recordando el
Ran Sil Pas Ran Sil Pas Ran...
¡Boí!
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6. |
La Siesta
02:59
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Un verano en la Meseta,
¡la calle entera duerme la siesta!
en un chalé de la periferia,
¡la calle entera duerme la siesta!
me sobrevino un sueño
misterioso como un pantano, oscuro como el Averno.
¡La calle entera duerme la siesta!
Las cigarras que zumbaban,
¡la calle entera duerme la siesta!
La gravedad que me atraía,
¡la calle entera duerme la siesta!
Como atrae a los elefantes,
como hace con las montañas, como absorbe los siete mares.
¡La calle entera duerme la siesta!
Descendí la escalera hasta el salón.
Parecían tus párpados un telón.
Girando el pomo de la puerta al exterior,
descubriste que aún estabas sobre el colchón.
Como Sísifo con su roca, yo repetí esta secuencia
una vez y otra vez, una vez y otra vez.
¡Despiértame!
Deshilando la madeja,
¡la calle entera duerme la siesta!
como aquel que abre una senda,
¡la calle entera duerme la siesta!
me abrí paso entre mis pestañas,
que obstinadas se resistían, enlazadas cual telarañas.
¡La calle entera duerme la siesta!
Y me topé con unos ojos,
¡la calle entera duerme la siesta!
enmarcados en pelo rojo.
¡la calle entera duerme la siesta!
Era el gato que me miraba, que paciente me retenía, desmayada sobre la cama.
¡La calle entera duerme la siesta!
Descendí la escalera hasta el salón.
Parecían tus párpados un telón.
Girando el pomo de la puerta al exterior,
descubriste que aun estabas sobre el colchón.
Como Sísifo con su roca, yo repetí esta secuencia
una vez y otra vez, una vez y otra vez,
una vez y otra vez, una vez y otra vez, una vez y otra vez, una vez y otra vez.
¡Despiértame!
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7. |
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Arriba los olvidados y los pobres,
unámonos a las procesiones.
Sumémonos al saturnal y el desenfreno,
dancemos alrededor del fuego.
Confundámonos con el enemigo
y demos el festín por concluido.
¡A la hoguera la sardina!
Hundiendo sus pies en el barro,
improvisadas bailarinas
practican un rito pagano
para enterrar la gran sardina,
hecha de ladrillo y cemento,
¿quién se ocultará tras Don Carnal?
de sordidez y de codicia.
¿Quién se ocultará tras esos
antifaces, caretas, harapos, vestidos,
andrajos, sudarios de Carnaval?
Cuentan que una gran ciudad Mesopotamia
fue destruida por su infamia,
que asolado fue Egipto por las diez plagas:
sangre, mosquitos, langostas, ranas.
Dios debió luego olvidarse de los buenos,
¡cuánto poder tiene el dinero!
Hundiendo sus pies en el barro,
improvisadas bailarinas
practican un rito pagano
para enterrar la gran sardina,
hecha de ladrillo y cemento,
¿quién se ocultará tras Don Carnal?
de sordidez y de codicia.
¿Quién se ocultará tras esos
antifaces, caretas, harapos, vestidos,
andrajos, sudarios de Carnaval?
Entre desvelos desvelamos
quien se ocultará tras Don Carnal.
En duelo desenmascaramos
quien se ocultará tras esos
antifaces, caretas, harapos, vestidos,
andrajos, sudarios de Carnaval.
¡A la hoguera la sardina!
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8. |
La Primavera (por fin)
03:55
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Llega, llega
La primavera
Llega, llega
La primavera
Los días son más largos
y empieza a hacer calor,
un día llueve mucho
y al rato sale el sol.
Papará pará
Me pongo muy nerviosa
por ninguna razón.
El mundo está latiendo
y al ritmo lato yo
Llega, llega
La primavera
Llega, llega
La primavera
Las nubes en el cielo
anuncian el motín.
La tripulación se alza
¡Sangre en el bergantín!
Ya le tiemblan las barbas
al viejo capitán.
Sabe que no habrá tregua
¡Lo harán saltar al mar!
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9. |
La Aspiradora Teutona
02:30
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Una pelusa gigante
se esconde tras esa mesa.
¡Ay, qué traviesa!
Mil migas y algo de polvo,
chinitas, tierra y alambre…
¡Vaya desastre!
Decides que hay que limpiarlo todo,
empiezas a desesperar.
La montas rápido y decidida,
comienzas la batalla campal
¡contra la mierda!
La aspiradora teutona,
pequeña, roja y molona,
es un invento genial.
Aspira por los rincones,
las fundas de los sillones…
¡Una moneda!
Llevo seis meses en casa,
reluce el cuarto de baño
y la cocina.
Ya tienes lo que querías:
por fuera limpio y por dentro
¡porquería!
Desenchufada sigue tragando,
engulle el cuarto de estar.
Comodidad, wellfare, ¿qué esperabas?
Medidas de austeridad
¡contra tu mierda!
La aspiradora teutona,
ordena, manda y controla
era el invento ideal.
Y mientras sigo buscando
las migas que va dejando.
La aspiradora teutona,
pequeña, roja y molona,
es un invento genial.
Aspira por los rincones,
las fundas de los sillones…
¡Ya no hay monedas!
Ich habe hunger, querida.
Por fuera limpio y por dentro…
Porquería.
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10. |
Los Óxidos Metálicos
03:27
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El caballero del traje español
guarda escondido en un viejo jarrón
un broche con el que un buen día se pinchó
hasta el fondo de su corazón.
Cayó desmayado y cuando despertó
no estaba en su casa sino a pleno sol,
rodeado de bañistas en Mahón
y, tan blanco, pues llamaba la atención.
Los óxidos metálicos,
de hace más de mil años,
lo transportaron en un viaje que
sólo existe en mi cuaderno gris
de un verano encerrada en Madrid.
Alegre saltaba el ciervo en el plato,
solamente por pasar el rato.
Mas, de pronto, del plato se cayó
y una taza de chinescos lo absorbió.
Por todo Oriente el ciervo moro viajó:
Pekín, Hong-Kong, Manila, Ho Chi Minh o Saigón.
Y en Saigón de una cierva se prendó
y ya nunca a su plato regresó.
Los óxidos metálicos,
de más de seiscientos años,
lo transportaron en un viaje que
sólo cabe en mi cuaderno gris,
de un verano encerrada en Madrid.
La pelota de Nivea se convierte en un botijo
de color verde esmeralda,
de Puente del Arzobispo.
Busco en códices miniados
alguna fotografía
de piscinas y paisajes,
de revistas de viajes porque…
Los óxidos metálicos,
el son del mar lejano,
los bolis destintados,
la luz del Mediterráneo.
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